El trancón de la Exploración
Las advertencias acerca del problema fiscal que se venía venir se hicieron realidad, agravadas en extremo con la aguda caída del precio del petróleo. Ahora, todos escriben acerca del tema y hablan con preocupación tardía de los impactos inmediatos y se preguntan de dónde vamos a sacar para tapar la huecamenta fiscal. La solución la teníamos en las manos desde hace años: Fortalecer la Exploración. Sin embargo, no hemos podido avanzar como país para consolidar ese propósito.
Por ahora estamos produciendo un millón de barriles diarios, con gran esfuerzo y con una presión creciente por reducir costos. Esto implica que al año debemos incorporar al menos 365 millones de barriles nuevos para apenas reponer las reservas. Los mejores barriles son los que se añaden a través de exploración, pero el promedio de los hallazgos en los últimos 7 años es apenas de 72 millones (ver gráfica). Es decir, tenemos que meterle el acelerador a la exploración para garantizar la producción futura. Qué parte de esta frase no se entiende?
Aún si el precio internacional del petróleo se mantiene abajo, tenemos que encontrar la forma de seguir explorando, pues no tiene sentido prescindir de esta fuente de recursos que hoy representa el 20% de los ingresos corrientes del estado, lo cual como anota Carlos Caballero Argaez, “es una bestialidad”! (“De la bonanza no se ahorró nada”: Carlos Caballero Argáez, portal La Silla Vacía)
Los temas de impactos/licencias ambientales, relacionamiento social/laboral y seguridad física han sido claramente identificados como claves para resolver la problemática compleja de la industria del petróleo. Sin embargo, he podido evidenciar que ellos son apenas el síntoma de una causa raíz más profunda, que aún no atino a comprender pero cuyos efectos se ven por todo el territorio nacional en forma de bloqueos y manifestaciones de rechazo.
En lo que tiene que ver con impacto ambiental, lo cierto es que la industria del petróleo ni es la causante de las sequías, ni produce impactos catastróficos ni es ningún Jinete del Apocalipsis. Punto.
El licenciamiento ambiental es de hecho un agente importante pero en realidad la solución no requiere de nuevos decretos. Si tan solo se cumpliera lo que existe y si hubiera una consistencia y una predictibilidad sobre el licenciamiento ya se tendría un gran camino recorrido.
Durante años, la gran mayoría de las empresas operadoras y de servicio han obrado con responsabilidad social, aportando de manera significativa al desarrollo de las regiones, constituyéndose en generador de empleo de buena calidad y motor de formalización económica. Si las regalías no han sido invertidas de manera más efectiva, de ello no puede responsabilizarsea la industria. Si hay empresas que han cometido errores y si hay ejemplos de gestiones deficientes, eso no da licencia para generalizar y de paso cerrar los ojos a los innumerables ejemplos de relacionamiento exitoso.
Inclusive hay sectores que critican el modelo actual del contrato de asociación y hablan de nacionalización de la industria con argumentos que desafían cualquier lógica. El problema es que el público se confunde y se llena de desconfianza. No le estamos regalando el recurso a nadie ni podemos olvidar que somos parte de un mundo globalizado y hay que competir. Es decir, que la inversión se va (y ya está empezando a migrar) a dónde más rinde. Sencillo.
Todos aquellos en cuyas manos se encuentra el deber de tomar las decisiones que le devuelvan la salud a la exploración (entiéndase gobierno central y regional) deben tener claro que ninguno de los temas discutidos arriba justifica el rechazo y el bloqueo sistemático que se está viviendo actualmente en lasregiones. La dinámica que se está imponiendo no es más que una talanquera ilegal que ha causado un inmenso trancón en la exploración. Aquellos que se están beneficiando del trancón le está haciendo un daño profundo y quizás irreversible al país. Confío en que estas líneas sirvan para ayudar a unir esfuerzos para que la actividad exploratoria retome su curso normal cuanto antes pues el país lo va a necesitar.