Petróleo: La matriz del problema
Si bien el principal motor de las discusiones acerca del sector de hidrocarburos ha sido el relacionado con los temas ambientales, el debate migra rápidamente hacia consideraciones sobre la contratación de mano de obra, bienes y servicios, las regalías y hasta el modelo económico bajo el cual se debe orientar la politica petrolera del país en esta coyuntura histórica donde confluyen el postconflicto y la crisis del precio internacional del petróleo.
Si a esta mezcolanza de temas se le añade una gran cantidad de polarización política, una buena dosis de desinformación y se le retira toda la rigurosidad técnica posible, se obtiene un masacote indigerible que nos tiene sufriendo la peor de las indigestiones.
En un modesto esfuerzo por aclarar el panorama y sucumbiendo a la ingenieril costumbre de ver el mundo en forma matricial, he querido mostrar mi interpretación acerca de los elementos que componen esta problemática. He construído entonces una matriz que contiene en sus cuatro filas los temas gruesos de mayor recurrencia y en las columnas algunos de los actores principales que interactúan (o se atacan) entre sí. Las casillas de la matriz contienen mi visión, simplificada y por demás abierta a crítica, del papel que cada uno de estos actores debe jugar para que sea posible avanzar en la solución de fondo de esta problemática cuyas consecuencias impactan a todos los colombianos sin excepción.
En el corazón de la matriz (casilla coloreada), se encuentra el papel de la institucionalidad del orden nacional, léase Gobierno Central, Ministerios, DNP, Congreso, ANH, ANLA, el cual consiste en construir una visión de futuro para el sector, acorde con la realidad fiscal y rodeada de los instrumentos para implementarla y llevarla a la práctica. Sin la existencia de esta política es imposible articular toda la institucionalidad de manera armónica y quizás las dificultades que vivimos tienen una causa raíz precisamente en la debilidad de esta casilla.
Solo a partir de la adopción de una política robusta se pueden resolver los asuntos de zonificación y licenciamiento ambiental, participación ciudadana, gestión de tierras y muchos otros que adolecen de evidente falta de articulación.
El enfoque matricial permite advertir que la solución de las situaciones problemáticas requiere que cada una de los actores cumpla con su parte con total compromiso y transparencia. Los temas (del 1 al 4) deben abordarse y resolverse fila por fila y debe entenderse su interrelación.
En opinión del que escribe, la carga mayor recae sobre la institucionalidad de orden nacional, de donde deben surgir claras directrices que se transmitan hacia los niveles regional y local. Sin ello no tendrá sentido que los demás actores hagan su parte y de hecho aunque cada uno crea estar haciendo lo correcto, no habrá posibilidad de avanzar en la misma dirección.
La política define, por ejemplo, si debemos avanzar en el entendimiento del potencial real de los recursos no convencionales y cómo y cuándo debemos hacerlo. Todos juntos, trabajando por un mismo objetivo y satisfaciendo de la mejor manera posible los intereses de toda las partes. Es decir asegurando un gana-gana y superando las odiosas disyuntivas.
A todos los promotores de las consultas populares y a los votantes en los municipios donde se realizan estos ejercicios democráticos los invito a analizar la matriz del problema y a pensar que la solución no está en prohibir la actividad hidrocarburífera sino en encontrar entre todos la mejor manera de llevarla a cabo de forma que redunde en beneficio para todos. Es más difícil, pero es lo correcto.
La institucionalidad del orden nacional debe dar señales claras. En la dirección que sea, pero claras. Así todos sabremos que hacer.
Que sea un motivo para juntarnos y construir futuro. No estamos condenados a repetir los errores del pasado. De ninguna manera.
JCH - Julio 2017